Clasificado: Acciones y decisiones de la Dirección, Barclays, CCOO, ERE, UGT
Carta abierta de un empleado de Barclays España al presidente de LA CAIXA
Reproducimos carta que publica compañero de Barclays
Estimado Sr.D. Isidre Fainé,
Permita que me dirija a usted como empleado de Barclays en España, la entidad que CaixaBank acaba de comprar el mes pasado. Ya disculpará que lo haga en un tono poco complaciente, al que sin duda no estará acostumbrado, pero la incertidumbre sobre mi futuro y el del resto de mis compañeros deja poco espacio a remilgos.
Primero de todo quiero expresarle mi más sincera felicitación por el excelente resultado anual de CaixaBank que recientemente presentó, 620 millones de euros, mejorando un 23% respecto el del año anterior. Nos alegra mucho pertenecer ahora a un grupo de empresas tan solvente, los que se queden, puesto que, como bien sabe, sus representantes acaban de lanzar un ERE contra la mitad de nuestra plantilla, que ya viene mermada de otros dos anteriores.
No está bien, señor Fainé, despedir a 1.120 trabajadores cuando todo va bien. Va bien en el banco que usted preside y en el banco, cuya filial en España usted compró y que espera multiplicar por diez sus ganancias, hasta 2016, en 5.275 millones de libras.
La situación económica en España tampoco admite dudas. El FMI dos semanas atrás, el ministro de Economía la semana pasada y hasta el jefe de la oposición hablan ya de recuperación y de un crecimiento potencial del 2,3%, estando a la cabeza de Europa y pudiendo llegar a crear, a medio plazo, 600.000 empleos al año. No parece muy solidario, en el escenario económico que se vislumbra, el ERE que ustedes plantean.
Si bien es cierto lo que dijo el pasado viernes respecto a que “Si no hubiera sido imprescindible, Barclays no habría puesto a la venta su negocio en España”, tampoco es menos cierto que, aunque desde el punto de vista legal no sea determinante, Barclays, hasta hace muy poco, no sólo fue un banco rentable en España, si no el país que más beneficios reportaba a las arcas del grupo británico, al que posiblemente se haya dejado caer para hacer caja y maquillar los resultados inmediatos a los que aspira un acosado Anthony Jenkins. No se explica de otra forma la pésima gestión del banco en los últimos años en España y, en concreto, su estrategia de venta a precio de saldo. Su banco, D. Isidre, se quedó con la bicoca, pero ahora tiene que pagar un precio justo por la integración, y no sólo tecnológica, si no lo que es más importante y crítico, de las personas, en CaixaBank y en sus empresas participadas.También debo reconocerle Sr. Fainé que es cierto lo que ustedes dicen respecto a que no es pertinente confundir ambas entidades CaixaBank y Barclays España S.A.U. – Grupo Caixabank. No obstante cuando alude, refiriéndose a nosotros, “con este ERE se pretende hacer de Barclays una estructura eficiente” considero que está usted totalmente equivocado, porque, perdone que le diga, nadie se cree que Barclays vaya a seguir operando al corto plazo en España, una vez finalice su integración el próximo mes de junio. Eso no se lo creen ni en la sede londinense de Barclays PLC, que no les va a ceder su marca por mucho más tiempo, ni nosotros aquí, ni usted mismo o sus representantes en la mesa de negociación, queriéndonos aplicar un ERE ilegal con tamaña justificación.
Tampoco está bien, señor Fainé, que existan muestras claras de que su dirección de Recursos Humanos en Barclays, asesorada por el Gabinete Sagardoy, pretenda coartar, junto a las centrales sindicales UGT y CCOO, la iniciativa de 600 compañeros de apoyarnos en el prestigioso abogado D. Fernando Vizcaíno, del despacho de Jiménez de Parga, cuya presencia en la mesa de negociación aportaría, no sólo independencia en el proceso, si no también confianza ante la práctica generalidad de una plantilla preocupada por su futuro, y de la que habría que excluir, precisamente por ello, a la representación sindical. Su pasividad en el proceso abierto y el estancamiento en las negociaciones hacen pensar que los términos del ERE ya hayan sido pactados antes del comienzo mismo las negociaciones.
El próximo martes hay previstas elecciones sindicales en banca. Como sabrá se nos ha privado del derecho a elegir algo tan importante como son los nuevos delegados que deberían representarnos. Si bien es cierto que las mismas pueden legalmente aplazarse, también lo es que pudieran haberse anticipado, habiendo sido la nueva delegación electa quien estuviera sentada en la mesa de negociación del ERE. Estará de acuerdo conmigo en que esto parece, a todas luces, no sólo lo más razonable, si no también lo más trasparente, y hubiera evitado especulaciones sobre acuerdos tácitos entre sus representantes y la RLT.
Tras cuatro semanas de negociaciones nos resulta indignante observar lo alejada que están sus propuestas con respecto, no ya a las últimas ofrecidas a sus propios empleados de Caixa, si no a las últimas acordadas con Banca Cívica o el intervenido Banco de Valencia, en condiciones muy distintas a las actuales, así como otras producidas en el sector, como la de UNNIM con BBVA, y que hacen suponer la inviabilidad de llegar a un acuerdo y la convocatoria de cinco días de huelga coincidiendo con el final de la negociación.
Espero que entienda nuestra indignación contenida, puesto que en un entorno tan hostil como el que ha supuesto para las entidades financieras los años de crisis, han sido precisamente los empleados de banca quienes hemos tenido que “aguantar el tirón” de las muy restrictivas políticas de activo, estar en el campo de batalla de las guerras del pasivo por los bajísimos tipos de interés, y sobre todo poner la cara ante tantos clientes “cabreados” y “sableados”. Todo esto mientras nuestros sueldos se han mermado durante los últimos años por la pérdida de incentivos y pluses. Coincide, además, con el periodo de mayor desprestigio del sector, en un momento en el que la gente ha visto como sus gobernantes, antes que rescatarles a ellos de la crisis, han rescatado a una banca que, como poco, no les contó toda la verdad acerca del riesgo de los productos que estaban contratando (preferentes, hipotecas, bonos estructurados y un largo etcétera). En un momento en que todos hemos sido testigos de la ignominia de los responsables de dichas entidades, enriqueciéndose ilegal o alegalmente con sucias prebendas, incentivos insultantes y retiros multimillonarios, hiriendo mortalmente o causando gravísimos perjuicios a las entidades que dirigían, a sus empleados y a clientes, en una ambición desmedida.
Lamento Sr. Fainé que el ruido que nuestra protesta pueda hacer en la calle o en las redes sociales mancille su muy cuidada imagen fuera de Cataluña, favorecida estratégicamente con la ingente campaña publicitaria de su Obra Social, con la que consigue, aún a precio de oro, el silencio dócil de los Medios en convulsos momentos de tribulación ajena. Siento que en algún momento la inquietud por nuestro futuro pueda llegar a enturbiar dicha imagen, pero vemos decepcionados como CaixaBank reniega de la que creíamos su propia esencia, “El alma de La Caixa”, con eslóganes como “Tú familia siempre tranquila con Caixa Protección Hogar”, destrozando 1.120 familias, o el lema de su Obra Social… “Muy cerca de ti”, previendo traslados forzosos y desmembrando familias hasta más de 300 Kms.
Espero que entienda D. Isidre que, con acciones como ésta, la entidad que preside no pueda aspirar a consolidarse fuera de Cataluña, también, como una entidad de liderazgo. Ni aún apoyándose en su Fundación, una entidad incapaz de llegar al corazón de sus clientes, deberá contentarse con alcanzar únicamente su bolsillo. Francamente no creo que con los vientos que corren en España, y más concretamente en nuestra querida Cataluña, hasta el otoño, sea el suyo un planteamiento de éxito. Le ruego, por la cuenta que nos trae a todos, que reconsidere su postura actual.
Porque está claro que ese interés expansionista por captación de cuota del negocio financiero español sólo busca clientes y, en menor medida, oficinas desde la que poderles seguir atendiendo. Consecuentemente, la estrategia de tierra quemada de sus nuevas adquisiciones es la forma de mantener e incluso ampliar en su propio feudo en Cataluña, su infraestructura de medios. Sólo así se justifica la intención de su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, de realizar 700 nuevas contrataciones mientras despide en España a casi mil empleados procedentes de Barclays, una vez descontadas las aproximadamente 200 prejubilaciones y los únicamente 34 excedentes catalanes.
Permítame que le augure un difícil futuro para La Caixa en emplazamientos tan asentados como Madrid y Zaragoza, donde pretende expandirse y donde, precisamente, se ubican los servicios centrales de Barclays, que ustedes pretenden descalabrar.
Nos preocupa señor Fainé que como resultado de esta podredumbre ética, también en lo laboral, terreno abonado de las más radicales causas populistas que amenazan gobernar el país, CaixaBank pretenda prejubilar, con precarias indemnizaciones, desde los 52 años, cuando usted mismo, con 72 y un sueldo anual de 2,7 millones de euros se plantea continuar al pie del cañón de La Caixa y su Obra Social.
Es usted muy libre de hacerlo, porque puede, pero mientras tanto, para nosotros, piensa en “un acuerdo que sea bueno para los que tengan que irse”, como lo han venido haciendo 78 veces antes, “Cuidando a las personas lo mejor que pueden”, aunque nadie sepa exactamente cuánto sea eso, en este momento.
Sin otro particular reciba un cordial saludo.
https://despidoscaixa.wordpress.com/
PDDisculpe que por razones obvias no me despida con mi nombre, puede entender que soy cualquier empleado de Barclays España – Grupo CaixaBank.Envío por correo electrónico esta carta a su gabinete de Comunicación, Relaciones Institucionales, Marca y RSC, prensa@lacaixa.es, confío en que se la hagan llegar.7 de febrero de 2015
¡Caray!. Poco mas queda por decir. Es increíble pero es así. Lo siento. Uno de Caixabank que esta harto y cansado de ver lo que esta sucediendo.
ResponderEliminarOlé por el compañero, chapeu!
ResponderEliminarSí, señor así se habla. Ahora toca que cuente con nuestro apoyo.
EliminarLos sindicatos están muy cabreados con esta carta, los habéis retratado.
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